domingo, 21 de abril de 2013

Buscar la felicidad genera infelicidad y tal vez nos haría bien aceptar humildemente lo que la vida nos presente. Aceptar que nuestros estados de ánimo cambian, que nuestra vida sentimental nos ocurre, mucho más allá de nuestro control.

La vida es una lucha épica que a veces nos duele mucho. Hay días en los que uno no quisiera levantarse de la cama ni ir a trabajar ni hablar con nadie. Pero se levanta, va a trabajar y habla con los que tiene que hablar. Y sobrevive. Me parece que entender esto quizá nos humaniza, nos vuelve más humildes y aleja esa estúpida idea de que debemos ser fuertes e invulnerables

En los días oscuros uno entiende los contrastes. Uno entiende que hay cosas que le duelen, que lo paralizan y que lo aterran.

En los días oscuros te das cuenta que el sentido de la vida es simplemente vivir. Que vivir a veces es tan difícil que tampoco debería exigirse grandes logros y grandes retos todos los días, porque de hacerlo quedaría atrapado en estándares muy difíciles de alcanzar.

Nadie logra maravillas todos los días. Solo a veces, surgen chispazos de talento y genialidad, de amor incondicional, de generosidad compasiva. El resto del tiempo se persevera para seguir vivo y abrazar la vida lo mejor que se pueda. Levantarse de la cama, intentar hacer bien las cosas, intentar no ser un miserable con los demás, y saber que a veces, con eso basta y sobra.

 Fluir hasta en esos días de malestar, de baja energía en los que uno siente que nada sale bien. Eso es saber vivir.



Vale Villa

domingo, 7 de abril de 2013

No crecemos totalmente, en orden cronológico. A veces lo hacemos en una dimensión, y no en otra; de forma desigual. Crecemos parcialmente. Somos relatividad. Maduros en un campo, infantiles en otro. El pasado, el presente, y el futuro se mezclan y nos empujan hacia atrás, hacia adelante, o nos fijan en el momento. Estamos hechos de capas, células, constelaciones.

-Anaïs Nin
Cada célula en el cuerpo humano se regenera en promedio cada siete años. Al igual que las serpientes, a nuestra propia manera, nos despojamos de nuestra piel. Biológicamente somos nuevas personas.

Cuando decimos cosas como “la gente no cambia” volvemos locos a los científicos porque el cambio es literal, es la única constante en la ciencia. La energía, la materia están siempre cambiando, transformándose, fusionándose, creciendo, muriendo. La manera en la que la gente trata de no cambiar es lo antinatural. La forma en la que nos aferramos a las cosas como eran en lugar de aceptar las cosas como son ahora. La forma en la que nos aferramos a los viejos recuerdos en lugar de generar nuevos recuerdos. La forma en la que insistimos en creer que todo en esta vida es permanente.
 
El cambio es constante. La manera en que lo experimentamos depende de nosotros. Se puede sentir como morir o se puede tomar como una segunda oportunidad en la vida. Si abrimos nuestros dedos, nos relajamos y nos dejamos llevar, se puede sentir como adrenalina pura… Como si en cualquier momento, pudiéramos tener una nueva oportunidad en la vida… Como si en cualquier momento, pudiéramos volver a nacer.


Grey’s Anatomy

 
Acumulamos en nuestra vida miles de recuerdos... hay tantos que unos van encima de otros y es casi imposible recordarlos inmediatamente, en cuanto buscas, indagas en ellos, vuelves a sonreír y a sentirlos como los años hubiesen pasado, como si el tiempo no los hubiesen arrugado.

Entonces, llega un punto en tu vida, que tienes que elegir cuáles llevarte, y cuáles dejar ir... Los miras, vuelves a vivirlos, y los sueltas, porque la maleta está muy pesada, porque tienes que elegir los más importantes.... porque así es la vida, de eso se trata, de soltar, de dejar ir, de coleccionar recuerdos y vivir de sueños.

martes, 2 de abril de 2013

Todos los días elegimos entre agregar o desechar una pieza a la armadura que nos pusimos encima. El ser que somos, subyace debajo, latente, tal cual es, listo para mostrarse, cuando sea el momento.
El “pero” es la palabra más puta que conozco -. “te quiero, pero…”; “podría ser, pero…”; “no es grave, pero…”. ¿Se da cuenta? Una palabra de mierda que sirve para dinamitar lo que era, o lo que podría haber sido, pero no es.

 
 El secreto de sus ojos
Hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
entre tus ojos y mis ojos.


-MARIO BENEDETTI
Estar contigo o no estar contigo
es la medida de mi tiempo.
Es, ya lo sé, el amor:
 la ansiedad y el alivio de oír tu voz,
la espera y la memoria,
el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías,
 con sus pequeñas magias inútiles.


Quizás tuvieron razón en colocar el amor en los libros… Quizás no podía existir en ningún otro lugar.