
Distancias cortas que son grandes lagunas donde se ahogan los encuentros que ya no se vuelven a dar.
Distancias grandes, de la tuya a la mía, donde las palabras no se volverán a encontrar.
No se topará mi voz con tus ojos, no entrarán tus palabras en los míos.
El destino y la casualidad no están para nosotros dos,
y aunque el olvido tiene mala memoria,
hay cosas que se acaban cuando ya no hay más que dar.