Y entonces de repente, se extinguieron las chispas que saltaban del caldero. Una enorme cantidad de vapor blanco surgió formando nubes espesas y lo envolvió todo, de forma que no pudo ver ni a Colagusano ni a Cedric ni ninguna otra cosa aparte del vapor suspendido en el aire.
"Ha ido mal-pensó- Se ha ahogado... Por favor... por favor, que esté muerto..."
Pero entonces, a través de la niebla, vió, aterrorizado, que del interior del caldero se levantaba lentamente la oscura silueta de un hombre, alto y delgado como un esqueleto.
-Visteme- dijo por entre el vapor la voz fría y aguda, y Colagusano, sollozando y gimiendo, sin dejar de agarrarse el brazo mutilado, alcanzó con dificultad la túnica negra del suelo, se puso en pie, se acercó a su señor y se la colocó por encima con una sola mano.
El hombre delgado salió del caldero, mirando a Harry fijamente... y Harry contempló el rostro que habia nutrido sus pesadillas durante los ultimos 3 años. Mas blanco que una calavera, con ojos de un rojo amoratado, y la nariz tan aplastada como la de una serpiente, con pequeñas rajas en ella en vez de orificios.
Lord VoldeMort había vuelto.
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