domingo, 23 de septiembre de 2007

Una nOche apenas...

Yo tuve un hombre. Todavía lo recuerdo. Una vez dormimos juntos.
¿Qué nos habrá separado?
Acaso hayamos sido náufragos de mares distintos.
Acaso hayamos temido no poder ser solamente uno.
Nunca me puse sus calzoncillos.
Jamás recogió él un cabello mío de su almohada.
Y sin embargo, acarició mi alma.
Existen mujeres benditas, que transcurren la vida entera con su hombre.
Yo tuve apenas una noche de dormir junto a él.
No me hizo hijos.
No estrenó zapatos conmigo.
Una noche.
Y después, los meses, los años.
Pero me buscó entre las sábanas, y cerró sus ojos cobijado en mi cuerpo. Descansó sus días aferrado a mí.
Mientras lo miraba dormido, yo pensaba "a veces, es bueno tener un hombre".
Porque las historias de parejas, de matrimonios, duran años y hasta vidas completas.
Pero las historias de amor, las historias perfectas, duran apenas un día.
Una noche, apenas.