viernes, 7 de diciembre de 2007

Él sufre en algun lado (Alma Jimenez)


Al bajar las escaleras, al leer la última página de una novela, al escuchar la música que sale de las calles por donde camina y al poner un pie frente al otro: él sufre.
El otro día lo vi caminando frente a Bellas Artes, yo esperaba a un amigo y él pasó de repente, dejando tristeza en su camino.
Sufría tanto que hasta la fuente lloró acompañándolo. El cilindrero no paró de tocar y con el gorro en mano le pidió una moneda. No le importó, él siguió sufriendo.
No quiero preguntar, nunca me ha dicho de dónde nace esa melancolía, quizá brota del mismo lugar que me viene a mí y ya no es la soledad, es que los demás no entienden que son cosas más profundas.
Tan profundas que uno no se las puede quitar como lo hacemos con nuestros valores y principios, tan profundas que no nos queda mas que traerlas en la piel.
Él sufre y yo sufro con él.
Pero además, nos reímos de este sentimiento, nos besamos, nos queremos y sufrimos juntos con nuestros pies, con nuestras manos y uniendo nuestros sufrimientos caminamos.
Él sufre en algún lado y desde aquí, lo siento, porque yo sufro también.