
Sabía que no debía acudir a la cita
y sin embargo
lo hice vestida de rojo.
.
Media hora después de decir no,
estaba frente a ti y con un Martini.
.
Hablamos casi toda la noche,
de los lunes,
de tu familia,
de los vecinos,
de mi última herida.
.
Nos reímos,
derramaste tu vino tinto,
comimos queso,
paseaste tus dedos entre mis muslos,
me dijiste lo guapa que estaba vestida de rojo,
y sin embargo yo sabía a que te referías sin vestir.
.
Nunca supiste apreciar en realidad
lo desnuda que estaba yo allí,
frente a ti,
tomando un Martini,
vestida de rojo.