¿Sabes? —prosiguió Gina— tal vez sea el amor a la larga lo que le vuelve a uno así de malo. Las cárceles de oro de los grandes amores. No hay nada que encierre tanto como el amor. Y estar encerrado, a la larga, vuelve malo a cualquiera, aun a los mejores.
-Los caballitos de Tarquinia (Marguerite Duras)