
Ahora
lo que necesito de ti
es que hagas temblar
mi vida en fragmentos.
Podemos jugar a componer
el gran puzzle de mi carne.
Vamos a esperar
a que vayan apareciendo
poco a poco
las piezas.
Brillantes, enrojecidas.
Y sólo cuándo me tengas entera
debajo de ti
di cuánto me quieres.