En esas horas de plática me convencí de que nunca estamos solos, nos acompañan los muertos y no pocas veces nos atormentan desde sus tumbas. Sobre las mesas rinconeras de la sala había pruebas documentales de esas voces del pasado en las fotografías de los abuelos, de mi padre niño, de mi madre joven, seres desaparecidos, borrados por el paso del tiempo. Es un error pensar que sólo hablamos con las personas que están frente a nosotros, nos dirigimos a los desaparecidos, a hombres y mujeres que pasaron por este mundo. Aún tenemos preguntas que hacerles, reproches que echarles en la cara, frases de amor que no nos atrevimos a pronunciar.
-Nos acompañan los muertos (Rafael Perez Gay)
-Nos acompañan los muertos (Rafael Perez Gay)