martes, 19 de enero de 2016

El dolor y la adversidad existen para que reaccionemos y nos demos cuenta de que estamos vivos y que tenemos qué luchar, y no estacionarnos en el conformismo y la comodidad. Después de un momento de dificultad, el alma descansa, y descubrimos talentos que no conocíamos y que no hubiésemos imaginado que existían en nuestro interior.

Prólogo de Adriana Castro Alverde en “Los elefantes no vuelan” de David Montalvo.