Quizá la gente normal no aspira a una vida tan intensa. Quizá se conformaron con lo que encontraron. No son adictos a las emociones fuertes. No aspiran a que su amante les sepa hablar de cuadros y de libros y sea perfecto en la cama, entregado, perverso, imaginativo y sofisticado. Les basta con vivir el día a día y no esperan hallar fuera lo que no tienen dentro.
-Nosotras que no somos como las demás, Lucia Etxebarría.