jueves, 25 de febrero de 2010

-Muñeca, muñeca-le decía yo. Pues eso era lo que era. Una muñeca mágica. La risa y el intelecto infinito y luego la cara de redondas mejillas, la boca como una flor.
-Déjame que te vista, deja que te peine-le decía como una vieja costumbre, consciente de su sonrisa y de que me miraba con un velo de aburrimiento en su expresión.
-Haz lo que quieras-me decía al oído cuando me agachaba a prenderle sus botones de perlas- Pero esta noche mata conmigo. Nunca me has dejado verte matar, Louis.
,
ENTREVISTA CON EL VAMPIRO

Sobre la belleza

Es una colección infinita de cosas. Para mí empieza por las caras de las personas. Soy muy afortunada en este sentido. Descubro la belleza al ver a dos personas hablando por la calle, en una piedra, en un árbol, en algún chiste... En la oportunidad de sentarse y leer cualquier cosa. Todo eso es belleza. Por eso no entiendo a la gente que se deprime teniendo tantas cosas bellas alrededor. Me siempre feliz y siempre lo he sido. Puedo ser melancólica o sentirme triste, pero no soy capaz de deprimirme. Encuentro muy difícil sentirme miserable durante mucho tiempo. Sin ser religiosa, tengo una especie de sentido del éxtasis religioso. Siempre he sentido alegría. Soy así.

ZADIE SMITH



Quién te ama existe desde siempre, desde antes de tí , desde antes de conocerte.

sábado, 20 de febrero de 2010

Promesa a mi maleta:

Prometo llevarte a todos los aeropuertos que ahora no podemos permitirnos pisar. Recorrer contigo la terminal del aeropuerto llena de nervios, ganas y respeto por el largo trayecto que está a punto de comenzar. Llegar a un lugar donde la monotonía no está. Despegar de noche sabiendo que me despertará el piloto anunciando sol. Pasar noches en vela en hoteles de ciudades que siempre quise visitar. Prometo ser la turista más ávida de aventuras e historias que jamás haya recorrido algún continente. Y descubrir culturas, costumbres tan ajenas a la mía, respirar nuevos aires, escuchar otros acentos, otros idiomas, otras personas. Perderme en plazas, parques, museos, bares, labios, paisajes.Prometo llenarte de souvenirs, fotos y recuerdos. No importa si no es este año, ni el siguiente, lo escrito, escrito está. El destino anunciará esa fecha proxima a llegar. Es una promesa. Y mis promesas las firmo con tinta que no se borra ni se va: Viajarás, viajaré, rodarás por todos los continentes, recorré el mundo.

Cualquiera odia a la gente después de que te peguen un tiro, odiarla antes es de sabios .

DR HOUSE

miércoles, 10 de febrero de 2010

Pardonne mes lèvres. Elles trouvent la joie dans les endroits les plus inhabituels.
(Disculpa a mis labios. Encuentran placer en los lugares menos pensados.)
Si miro fuera
puedo ver la ciudad, las calles, la gente,
mi familia,
la mujer que fui en algún momento,
el camino hacia su casa,
el bar donde naufragué en espuma de cerveza,
el silencio de la madrugada.
Si (me) miro dentro
esta noche, en este instante,
todo es herida
(como decía aquel poema).
Así es como termina siempre. Un poco de magia. Un poco de humo. Algo flotando. Pero no funciona sin los medios adecuados: un poco de risa, un hombre, una hermosa mujer y amor. Comencemos por el principio. Primero un hombre. No, no está solo. Todavía. Ese es el primer paso: un hombre. Luego viene la risa, la mujer, el amor.

Amor sincero

Prometo no amarte eternamente,
ni serte fiel hasta la muerte,
ni caminar tomados de la mano,
ni colmarte de rosas,
ni besarte apasionadamente siempre.
Juro que habrá tristezas,
habrá problemas y discusiones
y miraré a otras mujeres
vos mirarás a otros hombres
juro que no eres mi todo
ni mi cielo, ni mi única razón de vivir,
aunque te extraño a veces.
Prometo no desearte siempre
a veces me cansaré de tu sexo
vos te cansarás del mío
y tu cabello en algunas ocasiones
se hará fastidioso en mi cara
Juro que habrá momentos en que sentiremos un odio mutuo,
desearemos terminar todo y quizás lo terminaremos,
mas te digo que nos amaremos
construiremos, compartiremos.
¿Ahora sí podrás creerme que te amo?

El amor por los libros

Alfredo González Prada cuenta que su padre, don Manuel, sentía por los libros un respeto casi religioso, al extremo que era incapaz de subrayarlos o trazar notas marginales. Se contentaba con redactar largas tiras de comentarios que añadía cuidadosamente al final de cada libro leído. Todo ello indica que don Manuel no amaba a los libros, sino que era un respetuoso lector.
.
En realidad, existe un amor físico a los libros muy diferente al amor intelectual por la lectura. Por lo general, el gran lector no ama los libros, así como el don Juan no ama a las mujeres. El gran lector coge los libros conforme caen en sus manos, los usa y los olvida. El amante de los libros, en cambio, los ama en sí mismos como cuerpos independientes y vivos, como conjunto de páginas impresas que es necesario no solamente leer, sino palpar, alinear en un estante, incorporar al patrimonio material con el mismo derecho que al bagaje del espíritu. El amante de los libros no aspira solamente a la lectura sino a la propiedad. Y esta propiedad necesita observar todas las solemnidades, cumplir todos los ritos que la hagan incontestable.
.
El amor a los libros se patentiza en el momento mismo de su adquisición. El amante de los libros lo primero que hará será grabar en la página inicial su nombre y la fecha del suceso. Porque para él toda adquisición es una peripecia que luego será necesario conmemorar. Con el tiempo dirá: “Hace tantos años y tantos días que compré este libro”, como se dice: “Hace tanto tiempo que conocí a esta mujer”.
.
El amante de los libros no puede frecuentar bibliotecas públicas. El acto le parecerá tan humillante y pernicioso como visitar las casas de tolerancia. Los libros puestos a disposición de la comunidad son libros indiferentes, son libros fríos con los cuales no nace un acto de verdadero amor, no se crea relación de confianza. Frente a ellos, solamente, podrá a veces practicarse algún acto debrutalidad, como arrancar una de sus páginas. Hay gente, sin embargo, que solo lee en las bibliotecas públicas y eso revela, en el fondo, una profunda incapacidad para amar.
.
Los verdaderos amantes de los libros inscriben su vida en ellos. Se podría adivinar el carácter de una persona, se podría incluso trazar su biografía, examinando no solo qué libros ha leído, sino cómo los ha leído.
.
Un libro, para ser amado, necesita poseer otras y más delicadas cualidades. Necesita, en realidad, un mínimo de decoro, de gusto, de misterio, de proporción; en suma, aquellas cualidades que podemos exigir, discretamente, en una mujer. Por esta razón es que entre las mujeres y los libros existen tantas secretas correspondencias. Hay libros que terminan sus vidas solitarias, que jamás encuentran un lector. Hay lectores que jamás encuentra su libro.
.
JULIO RAMON RIBEYRO